¿Qué es Lean Startup?
Lean startup es una metodología de trabajo que permite introducir con eficiencia nuevos negocios, productos y servicios en el mercado, consiguiendo considerables ahorros de tiempo, trabajo y dinero, minimizando asimismo los riesgos del emprendedor.
La filosofía lean startup consiste en analizar las necesidades específicas de los consumidores y usuarios a fin de satisfacer las mismas utilizando para ello la cantidad mínima de recursos posible. De este modo, se anima al emprendedor para que lance su producto al mercado y utilice a los consumidores para validarlo, mejorarlo y adaptarlo a sus demandas.
Origen
El término lean startup fue acuñado en el año 2011 por ERIC RIES, emprendedor y empleado de varias startups en Silicon Valley. Se basa en los principios de lean manufacturing o de producción ajustada, esto es, un sistema de producción que empezó a utilizarse por Toyota y el resto de marcas japonesas de automóviles y que consiste en la identificación y minimización de los desperdicios, entendidos estos últimos como cualquier actividad humana que consume recursos pero que no genera valor.
Principios sobre los que se asienta
La clave fundamental en la metodología lean startup radica en construir un producto mínimo viable o, en inglés, mínimum viable product (MVP), lanzarlo al mercado y escuchar las opiniones de los consumidores para incorporar las mejoras sugeridas por estos y volver a lanzarlo al mercado en un proceso iterativo hasta alcanzar un producto capaz de satisfacer las necesidades de los clientes.
Como vemos, el MVP permite al emprendedor recoger el máximo aprendizaje validado sobre sus clientes consumiendo pocos recursos y esfuerzos. Así, el MVP le ayuda a validar sus hipótesis ahorrando tiempo y dinero, de tal manera que cuente después del experimento con suficientes recursos para, o bien seguir modificando y mejorando su modelo de negocio hasta alcanzar un modelo rentable y escalable; o bien para pivotar, es decir, para cambiar íntegramente las hipótesis iniciales y comenzar un nuevo modelo de negocio.
El ciclo construir-medir-aprender
A la hora de elaborar un MVP resulta fundamental seguir el ciclo de desarrollo o bucle C-M-A que consiste en construir-medir-aprender y cuyo fin principal es conseguir que el producto se ajuste adecuadamente al mercado (product market fit).
Para ello, se ha de partir de una hipótesis o idea de negocio sobre la que se desea aprender y que se quiere testear en el mercado; seguidamente, se determinan las métricas a aplicar a fin de evaluar la información que facilite verificar las hipótesis y el experimento, o proceso en virtud del cual se quiere obtener esa información.
En pura lógica, el MVP resulta el elemento central del bucle ya que su creación y puesta a disposición de los consumidores (construir) es el pistoletazo de salida del mismo; después, es necesario recopilar los datos e informaciones previamente definidos (medir); y finalmente, se estudian dichos datos para validar o no la hipótesis o idea de negocio inicial con el objetivo de fijar, en su caso, estrategias de pivotación para la siguiente iteración del bucle (aprender).
Lo anterior nos va a permitir validar o no nuestras hipótesis a un coste razonablemente bajo, obteniendo, sin embargo, informaciones muy valiosas para aprender sobre nuestro producto. Es más, nos va ayudar a adoptar decisiones de manera ágil y flexible.
La importancia de las métricas
Como hemos visto, en el bucle C-M-A resulta de vital importancia medir y para ello, resulta evidente la necesidad de fijar las métricas oportunas.
Una métrica no es otra cosa que una medida del rendimiento o desempeño que está llevando a cabo un proyecto, una idea o un modelo de negocio.
Y es que, en este sentido, conviene recordar la famosa cita de LORD KELVIN:
Lo que no se define no se puede medir. Lo que no se mide, no se puede mejorar. Lo que no se mejora, se degrada siempre.
Ahora bien, no todas las métricas sirven para medir el rendimiento de nuestro MVP. En este sentido, las métricas que utilicemos deben ser accionables, es decir, que permitan establecer relaciones de causa-efecto, para, de este modo, poder adoptar futuras decisiones.
Así las cosas, se consideran métricas adecuadas y accionables aquellas que cumplen con el acrónimo inglés SMART y que consiste en que dichas métricas cumplan los siguientes parámetros:
- Debe ser específica (specific)
- Debe ser medible o mensurable (measurable)
- Debe ser alcanzable (achievable)
- Debe ser relevante (relevant)
- Y, finalmente, debe ser oportuna (timely)
En definitiva, la métrica en el contexto de la metodología lean startup debe resultar de utilidad para la toma de decisiones y la implementación de medidas que orienten el MVP y, en consecuencia, el modelo de negocio, a la consecución de los objetivos fijados, todo ello en un contexto de eficiencia y de ahorro de costes.
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